lunes, junio 21, 2004

Amber Tamblyn: De la mano de Dios

Es la protagonista de la serie Joan of Arcadia, en la que interpreta a una adolescente común... hasta el día en que se encontró con Dios en un colectivo. Su vida es tan poco ordinaria como su personaje de ficción

Amber Rose Tamblyn nació en Santa Monica, California, el 14 de mayo de 1983, y comenzó a actuar a la edad de cinco años en una escuela teatral en California del Sur. La escuela, llamada SMASH, no representa la onomatopeya de un golpe, sino que se trata de la Santa Monica Alternative School; la misma es un centro creativo estrictamente para las artes, el cual tiene en el teatro su foco principal. Durante sus nueve años asistiendo a SMASH (desde jardín de infantes a octavo grado) actuó en más de 13 obras, incluyendo su protagónico en Pippi Longstocking en cuarto grado. Pronto averiguaría que ser Pippi era el principio de su carrera real en el negocio del entretenimiento.

La vieja amiga de la familia (y agente artística) Sharon Debord, tuvo el mérito de descubrirla: luego de ver la obra, al instante la impulsó a presentarse a unas audiciones. El padre de Amber, que también está en el ambiente (es el actor Russ Tamblyn, de Westside story, Seven Brides for Seven Brothers, Tom Thumb y Twin Peaks) fue al principio cauto con permitir a su hija de nueve años entrar en una línea de trabajo tan arriesgada e inconsciente, pero finalmente cayó en el acoso de Sharon. Ya que estamos hablando de su familia, tengamos en cuenta que su madre, Bonnie Tamblyn, se desempeña como cantante y artista: así se vuelve obvio de dónde viene la vocación artística de la niña.

Y Sharon tenía razón. Amber desembarcó en sus primeros tres papeles en materia de meses. Empezando con una película pequeña llamada Live Nude Girls, protagonizada por Dana Delany (en el que interpretó a la joven Jill), luego fue Deb en una película independiente titulada Biker Poet en 1994. Entonces, en el invierno de ese año, encontró un papel corto en General Hospital (Hospital General) de ABC, que continuó durante los siguientes siete años.

Durante su carrera como la huerfanita Emily Bowen-Quartermaine, recibió premios de los reporteros de Hollywood dos años seguidos como la mejor actriz joven en una serie diurna, y recibió el aplauso de los críticos en todas partes, alabando su “talento actoral innato que supera a muchos actores que la doblan en edad” (Soap Opera Digest). A los 17, había completado más de 600 episodios para esa novela.

Terminó su segunda película, Johnny Mysto: Boy Wizard a la edad de doce años; allí interpretó el papel de Sprout (retoño), y compartió el protagonismo con su padre. A los 17, después de cinco años de enfocarse en Hospital General, decidió volver atrás en el juego actoral y comenzó a audicionar de nuevo. Rápidamente consiguió encabezar un piloto para la Warner Brothers, titulado No Ordinary Girl, escrito por Bob Brush (autor de The Wonder Years/Los años maravillosos).

Después de ser obligada a resignar varios papeles cinematográficos debido a su frenético cronograma en Hospital General, resolvió irse cuando su contrato expiró en la primavera de 2001. Durante el siguiente año logró numerosos papeles: fue protagonista invitada en Buffy la Cazavampiros, otro tanto en Boston Public, hizo el protagónico en otro piloto para la Warner Brothers (Prep), filmó un corto escrito y dirigido por Wim Wenders y fundamentalmente participó del film de DreamWorks The Ring (aquí conocido como La llamada), dirigido por Gore Verbinski. También tuvo a su cargo el papel principal para el primer episodio de The Twilight Zone (La dimensión desconocida), intitulado “Evergreen”, en el que interpreta a Jenna, una adolescente punk rocker con una actitud áspera, cuyos padres tratan de educar con particular “rigor”.

Finalmente, el proyecto que la lanzó a la consideración del gran público es Joan of Arcadia, de Sony para CBS Television; esta serie, centrada en la vida de la estudiante de secundaria Joan Girardi, se estrenó en Estados Unidos el 26 de septiembre de 2003, y recientemente ha desembarcado en nuestro país de la mano de la señal de cable Sony... pero eso ya es historia reciente.

La teoría que Amber practica es nunca engancharse del todo con la actuación, y hasta ahora, no lo ha hecho. Así, sostiene que “si usted realmente quiere hacerse actor, debe realmente pensar sobre todo lo que viene con ello. Mi consejo es hacer de la actuación su segunda opción de carrera (escribir es mi primera opción). Y si usted lo hace un buen tiempo, entonces puede volverse la primera, pero sería una idea mala simplemente juntar todo e irse a Hollywood e intentar conquistar el mundo”.

La Tamblyn es una chica como cualquier otra: mide 1,70 m, es aracnofóbica, supo tener una rata como mascota, es fanática de la cantante folk Ani DiFranco y... es bonita, simpática y talentosa. Se destaca en todo tipo de actividades creativas y ama el canto, el baile y el teatro tanto como trabajar delante de la cámara; pero fundamentalmente le gusta escribir poesía y ya ha sido editada en publicaciones especializadas, como las revistas de San Francisco Cups y Poetry USA y ha auto-publicado dos libros de poesía, Of the Dawn (Del alba) y Plenty of Ships (Multitud de barcos). Compartamos el poema que le da nombre al primer libro:

tiempos rápidos
corriendo dentro y fuera de mi templo
transportando la gloria
de una juventud
y la verdad no siempre se mantiene verdadera
pero una mentira siempre es una mentira.
tiempos pasados
salpicando los dedos de sus pies
en mi espejo
mi reflejo penetrando
un pensamiento más profundo
así que
ayuda
me
Dios
estoy perdiéndolo de nuevo.
sin tu mano para guiarme
sin una palabra para predicar
y todavía yo me empequeñezco
estando de pie en la superficie
del alba.


Hablando de Dios, la música de apertura de Joan of Arcadia no es otra que “One of Us”, de Joan Osborne, en la que su autor, Eric Bazilian (guitarrista de la banda de Osborne), se pregunta “¿Y si Dios fuera uno de nosotros? / ¿Sólo un patán, como uno de nosotros? / Sólo un extraño en un ómnibus, tratando de llegar a casa”. Parece ser que, como se dice habitualmente, Amber Tamblyn tiene un Dios aparte... al menos en la televisión, donde todo puede suceder.